martes, 26 de abril de 2011

SEMANA DE PASION,DECEPCION .... Y MUCHA AGUA

Domingo de Ramos: Otro año mas Sevilla se preparaba para la Semana
mas grande del año y se encontraba a si mismo como si el tiempo no hubiera pasado.
Garantizado un aspecto fundamental,como es la estabilidad del tiempo, cada cual puede disfrutar del Domingo de Ramos a su modo. Si hay un día en que nos gusta repetir los ritos, ese es el Domingo de Ramos. Ha pasado tanto tiempo desde la última Semana Santa que la principal misión de este día es intentar repetir lo mejor que llevamos guardado en la memoria idealizada de otros Domingos de Ramos y si se puede mejorar, siempre nos llevaremos esa sorpresa.
Pero, en general, el Domingo de Ramos no buscamos cosas nuevas en la Semana Santa, somos conservadores. Por eso es fácil predecir de antemano a quiénes nos encontraremos en determinados lugares, viendo lo que a ellos y a nosotros nos gusta. Por eso, ciertos cambios siempre son traicioneros y hay que evitarlos. Un ejemplo han sido las obras en el Parque de María Luisa. Al final, con muchos apuros, se llegó a tiempo, y La Paz pudo pasar por donde tantos la aguardan, a la ida y a la vuelta. Porque hay un público que va al Parque para ver al Señor de la Victoria y a la Virgen de la Paz en el camino de La Campana y un público que prefiere aislarse del centro para presenciar el regreso nocturno por el Parque.
Recuperar lo perdido también es importante. Ayer una vez más se repitió la estampa de principios de Semana Santa, cuando el paso de la Borriquita desciende la rampa del Salvador entre una sucesión de marchas de la banda del Sol. Esta vez la novedad de las niñas nazarenas era muy importante para ellas, sus familias y la propia cofradía. Pero a los ojos de los centenares de sevillanos y agregados que llenaban la plaza posiblemente era un tema menor, puede que incluso pasara desapercibido, porque lo importante era estar allí, en ese momento ideal, que durante unos años se perdió, cuando la escena se hacía en la Anunciación por el cierre temporal del templo a causa de las obras.
Hay público para casi todo. ¿Y quién es capaz de decir qué es mejor o más bello? ¿Quién puede saber por qué unas personas prefieren estar a las tres de la tarde en la plaza de Molviedro para ver a Jesús Despojado, y otras a esa misma hora para ver a los pasos de La Hiniesta saliendo de la ojiva de San Julián? Por allí se pudo ver al alcalde, Alfredo Sánchez Monteseirín, que repartía giraldillos, como pudo repartir setas, fue una ocurrencia. Nunca sabremos por qué unos intentamos ver a la Virgen del Subterráneo entre nos naranjos de la calle Doña María Coronel, mientras otros están contemplando al Cristo de la Humildad y Paciencia bajo el fondo de las setas en la Encarnación. Por allí pasó después el Señor de las Penas, con su túnica bordada, y con su Cirineo ayudándole a cargar su cruz y a nosotros a cargar con el pecado de ver el paso en un sitio tan desfigurado, donde antes se le veía de otra manera.
Mejor se ve a la Estrella en la calle San Jacinto y en el puente de Triana, y en Reyes Católicos, en ese largo río de nazarenos que desemboca en la Campana. La tarde se hace ahí interminable. ¿Por qué unos ojos se llenan de lágrimas cuando se cruzan con los de la Virgen de la Estrella? Cada cual sabe sus secretos, por qué ha ido allí, precisamente a este puente, a ver a la Virgen, a emocionarse sabiendo que se iba a emocionar. No lo sé, pero la tarde ya empieza a entrar en momentos de primera nostalgia. Cuando el paso de La Borriquita sube la rampa del Salvador en sentido inverso al de antes, ya empiezan a entrarnos los primeros escalofríos, ya sentimos la fugacidad del tiempo cofrade.
Este día la gente sale temprano. Por la mañana se forman colas interminables en los templos. La de San Juan de la Palma tiene sus incondicionales. El 90% de los que están en esa cola saben perfectamente lo que van a ver. Saben cómo va adornada la Virgen, saben cómo va el paso del Señor del Silencio. Conocen todos los detalles, admiran el altar de insignias que tantas veces han admirado. No buscan ninguna sorpresa, sino que buscan precisamente que no haya sorpresas. Buscan certezas.
Buscan la confirmación fidedigna de que es Domingo de Ramos y no estamos ante ningún espejismo. Es el mismo motivo por el que resulta fácil identificar a muchos de los que están en San Juan de la Palma cuando la tarde va declinando. Quizá, en buena parte, son los mismos que horas después van a ver al Señor del Silencio en el Desprecio de Herodes subiendo por la calle Laraña, o a la Virgen de la Amargura señorial por la calle Cuna, rota de tanto decir a San Juan las palabras que nadie ha oído.
Y el Amor por Francos, con sus nazarenos negros, que quizá un día fueron niños de blanco acompañando por esa misma calle al paso de La Borriquita, entre un bullicio como el que en ese mismo lugar han vivido esta misma tarde. Cuando la Virgen del Socorro suba la rampa, ¡qué distinto nos parecerá el Domingo de Ramos!, ¡qué diferente de aquel día intacto que paladeamos allí a las tres de la tarde!, ¡qué radical transformación de las horas de la Semana Santa!
La crónica de un ambiente idealizado, como el que vivimos ayer, nos presenta un Domingo de Ramos sin autobuses y con colas en el Metro, con chavales que estrenaron su primera corbata junto a sus novias con minifaldas, con algunas protestas en las sillas de la carrera oficial y las inevitables sillitas plegables de los chinos por donde más fastidian, con multitudes en las plazas y bullas en las esquinas, con nazarenos y costaleros que cumplieron el ansia de sus emociones, con tantas almas que estuvieron donde quisieron estar, que tal vez es donde habían estado otras veces, donde creyeron encontrar el cielo sin saber que era una esquina de Sevilla.Me guataria acabar resaltando algo que para muchos pasa desapercibido como es la colaboracion tan especial que hace la Hermandad de la Borriquita con ANDEX tal es asi que sacan unas papeletas simbolicas a beneficio de dicha asociacion y una de las figuras del paso las porta durante el trayecto de dicha Hermandad.
No quiero terminar sin decir lo que cada dia comprendo menos y cada vez parece que esta mas de moda en la Semana Santa:los "cangrejeros", sinceramente no llego a comprenderlo y no se cual es su mision lo unico que hacen es estorbar a todo el mundo pero en fin; ellos sabran.

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