El nazareno de la Hermandad de la Candelaria empezó su discurrir por las calles de la ciudad a la seis de la tarde, cuando el templo abría sus puertas puntualmente con la cruz de guía y los cuatro faroles.
El Señor fue portado por veintidós hermanos en unas andas nuevas con molduras doradas, cuyos faldones fueron donados por la juventud de la hermandad, cuatro guardabrisas en las esquinas y un monte de lirios atípico, ya que el Martes Santo la imagen suele tener como adorno floral un monte de claveles.
La música que acompaño al Señor de la Salud estuvo a cargo de la Escolanía Salesiana María Auxiliadora y la capilla musical María Auxiliadora. Tras las andas procesionales, destacó un pequeño tramo de minoristas que dan luz al Preste que cierra el cortejo.
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